Rutas terrestres:
Incluso antes de la república, la monarquía romana estuvo involucrada en comercio regular a través del río Tíber. Antes de que las Guerras Púnicas cambiasen totalmente la naturaleza del comercio en el mediterráneo, la República Romana mantenía importantes intercambios comerciales con Cartago, entrando en varios acuerdos comerciales y políticos además del mero mercadeo al por menor. El Imperio Romano negoció con China mediante la Ruta de la Seda.
Rutas marítimas:
Los restos más importantes de este comercio es la infraestructura como puertos, rompeolas, almacenes y faros conservados.Como con la mayoría de la tegnología romana, los buques marítimos romanos no mostraron mejora importante alguna sobre las naves griegas de los siglos anteriores, aunque el recubrimiento de plomo de los cascos como protección parece haber sido más frecuente. Los romanos usaron barcos de vela de casco redondo. La continua protección «policíaca» del Mediterráneo durante varios siglos fue uno de los factores principales del éxito del comercio romano, dado que las calzadas romanas fueron construidas más para los pies o los cascos de los caballos que para las ruedas, y no podían soportar el transporte comercial de bienes a largas distancias. Las naves romanas usadas habrían sido presa fácil para los piratas de no ser por las flotas de galeras liburnas y trirremes de la armada romana.
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